Légolas, el elfo que cayó en la trampa del arándano… y de la cromatografía líquida de alta resolución
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10 febrero, 2012
Lo odio. Por guapo, por inteligente, por su agudeza visual y por esa destreza con el arco que fue la responsable de que cientos de mis orcos muriesen en el último combate contra la gentuza de la
Comarca de la Tierra Media. Pero como no hay mal que cien años dure,
Légolas, uno de los más carismáticos miembros de la Compañía del Anillo, ha caído definitivamente en las redes de Sauron… uno menos.
A pesar de que era casi perfecto, este elfo alto, hermoso y de ojos azules brillantes que se unió a la
Compañía del Anillo en el
Concilio de Elrond en representación de su pueblo, tenía un defecto que pocos conocían: su ambición desmesurada por ser el miembro de la triste Compañía que más orcos matara… y esto le costó muy caro.
Como recordarán, una de las grandes virtudes del arquero mayor de la
Tierra Media era su vista prodigiosa y penetrante que le permitía ver a grandes distancias lo que era imposible no solo para el resto de los mortales, sino también para muchos elfos. Pero Légolas quería más y más…. y se puso en manos de la industria alimentaria,
tan importante en aquellos tiempos, para consumir alimentos que publicitasen que su consumo mejoraba la agudeza visual, como es el caso de los
arándanos, pequeñas bayas que compartía con su inseparable
Gimli,
el enano hijo de Glóin.
Pues bien, lo más grande de la historia que les vamos a contar hoy en
Scientia es que han sido precisamente las propiedades
nutricionales, bromatológicas y funcionales de estos arándanos las que han servido al
Gran Ojo sin Párpado para atrapar al más guapo de los elfos… y sorprendentemente apoyándome en sus tres grandes virtudes: la destreza visual, la belleza y la inteligencia del mítico elfo.
La primera de las razones por las que Légolas consumía estas falsas bayas no era solamente mantener su agudeza visual para seguir destrozando mis tropas, sino conseguir una mayor adaptación de su visión a la nocturnidad… tal y como publicitan muchos productos alimentarios ricos en arándanos. Sin embargo, hace pocas fechas el
Panel de Expertos en Nutrición, Alergias y Dietéticos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha prohibido a la industria alimentaria que publicite que los extractos o zumos de arándanos azules pueden ayudar a
mantener el estado visual o a mejorar la adaptación del ojo a la visión nocturna ya que no hay estudios científicos realizados en humanos que así lo demuestren.
Pero este Elfo era casi tan terco como su amigo Gimli y, aunque los arándanos no le servían para mejorar su visión, los seguía tomando a diestro y siniestro pero… ¿por qué? Pues por su obsesión
su obsesión por ir siempre guapísimo y elegante… y esto lo llevó a cometer su segundo error.
Todos ustedes han oído un dicho que dice que
“los guapos orinan colonia”… y estarán ustedes de acuerdo conmigo en que Légolas es el prototipo de personaje que destila perfume por todos sus poros, lo que le llevó no solamente a coger una preocupante infección de orina sino que intentó curarla a base de
suplementos de arándanos recomendados por la industria alimentaria para paliar las infecciones urinarias. Pero la EFSA ha vuelto saltado a la palestra a decirle a Légolas, y al sector de los suplementos, que “
de eso nada monada”… nunca mejor dicho.
Sin embargo tengo que reconocer que este personaje cuyo nombre significa en
sindarin, la lengua élfica,
“hoja verde”, era más inteligente que sus amigos los Hobbits, enanos, hombres y demás perdedores…. si Légolas consumía arándanos era por algo más que por mejorar su visión o curar sus infecciones urinarias. Un
estudio bromatológico de la composición del arándano muestra como esta fruta es rica en un compuesto llamado
pterostilbeno, una molécula muy peculiar de la
familia de los estilbenos cuya estructura es muy similar a la del archiconocido
resveratrol pero con un solo grupo hidroxilo libre ya que los otros dos se encuentran metilados.
Tradicionalmente, y debido a que esa estructura metilada le proporciona a este estilbeno una
baja capacidad antioxidante nada comparable
“in vitro” a la del controvertido resveratrol o a la del oxyresveratrol del que hablamos en
“El día que Gollum atrapó al más capullo de los antioxidantes”, muchos científicos han considerado al pterostilbeno
el hermano pobre de la familia de los estilbenos… pero Légolas, el elfo que acabó con cuarenta y un orco en la
Batalla de Cuernavilla, sabía que el pterostilbeno guardaba una sorpresa.
Según un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la
Case Western Reserve University y publicados en la revista
Neurobiology of Aging, un grupo de ratones a los que se les administró una dosis de pterostilbeno mostraron no solamente una gran mejora de distintos
procesos cognitivos, sino que además presentaron mejores resultados frente a algunos
procesos inflamatorios o frente al
estrés celular que aquellos ratones que fueron suplementados con la misma cantidad de resveratrol.
Estos resultados, debido probablemente a la mejor
bioavabilidad del pterostilbeno consecuencia de su estructura lipofílica, han provocado que este estilbeno sea considerado un futuro potente neuromodulador a tener en cuenta tanto en el
envejecimiento como en algunas enfermedades como el
Alzheimer… con razón se mantenía tan bien el maldito arquero comiendo arándanos.
Pero el
Señor Oscuro de Mordor se ríe de estas triquiñuelas y no solamente no le intimida que el pterostilbeno presente en los arándanos posea todas estas propiedades de las que Légolas se ha aprovechado, sino que ha utilizado precisamente su carácter lipofílico y su fluorescencia intrínseca para atrapar al guapo amigo de
Aragorn empleando la
cromatografía líquida de alta resolución en fase reversa (RP-HPLC)… pero en presencia de mis tropas encapsulantes en la fase móvil.
El objetivo estaba claro: Légolas iba
“dopado” de arándano hasta las cejas por lo que sus niveles de pterostilbeno eran altísimos. Diseñando una estrategia para
encapsular a esta biomolécula tendríamos al elfo atrapado… pero la misión no era fácil.
El uso de la técnica tradicional de RP-HPLC para identificar pterostilbeno presenta, además del uso de altas concentraciones de disolventes orgánicos en la fase móvil, dos grandes problemas: los
elevados tiempos de análisis necesarios para identificar este compuesto debido a su alta hidrofobicidad y la
baja sensibilidad del sistema de análisis que da lugar a que bajas cantidades de pterostilbeno en arándanos no puedan ser identificadas… pero nadie contaba con la astucia del
Gran Sauron para solventar los problemas.
Para resolver la primera de las dificultades decidí introducir mi ejército favorito, disoluciones acuosas de ciclodextrinas, en la fase móvil del sistema cromatográfico. La presencia de estas moléculas logra
“solubilizar” aparentemente el pterostilbeno disminuyendo su hidrofobicidad al quedar encapsulada la estructura lipofílica en el interior de la ciclodextrina, lo que provoca que
los tiempos necesarios para identificar el pterostilbeno en el arándano se reduzcan considerablemente tal y como se puede observar en la siguiente figura. Conforme aumentamos la concentración del agente encapsulante el tiempo de retención del pterostilbeno se acorta…
Légolas te tengo casi en el bote…
Pero el elfo sabía camuflarse y aunque lo tenía más cerca no lograba verlo bien porque el problema de la
baja sensibilidad de los métodos de análisis que emplean
detectores de absorbancia era más difícil de resolver. Aunque los tiempos de análisis eran cortos, si no reducía el
umbral de detección del maldito
pterostilbeno, el guaperas se me iba a escapar por no poder detectarlo… y aquí entró en escena una de mis técnicas analíticas preferidas,
la fluorescencia acoplada al HPLC.
Habitualmente la fluorescencia de una molécula sufre un significativo incremento cuando
aumenta su rigidez y al encapsular al pterostilbeno en la cavidad interna de las ciclodextrinas logré reducir el grado de libertad de este ingrediente del arándano.
Este hecho provocó un incremento de la señal de fluorescencia que mejoró significativamente los resultados que se obtienen tradicionalmente con los detectores de absorbancia y así conseguí
aumentar el nivel de sensibilidad para la detección de este estilbeno….ya tenía al pterostilbeno donde quería, cerca y bien visible como se puede observar en la siguiente figura…
¡¡te atrapé maldito elfo!!

El resto fue coser y cantar. Una vez que mis anillos habían visto el camino a seguir saqué a mi ejército de ciclodextrinas al completo. Primero la infantería, las
ciclodextrinas naturales α, β y γ, que hicieron mucho daño al
educado elfo… y posteriormente terminé el trabajo con las temibles
ciclodextrinas modificadas (hidroxipropil-β, metil-β y etil-β)… las sustitutas de los orcos que en paz descansen.
Pero como reconozco que el arco del elfo siempre me ha dado gran temor después de ver lo que hizo con mis antiguas tropas,
no quise dejar ningún cabo suelto. Calculamos constantes de encapsulación, evaluamos el efecto de la presencia de disolventes orgánicos en el medio de reacción, probamos diferentes temperaturas, distintos pHs… de todo antes de dar por finalizada la lección que le quise dar no solamente a Légolas, sino también al resto de la Compañía del Anillo, que poco a poco van aprendiendo la lección de que
con Sauron no se juega.
Finalmente, y al igual que hicimos en el
“Bosque de Fangorn y la termodinámica de la encapsulación”, el último paso fue
determinar los principales parámetros termodinámicos de la microencapsulación del pterostilbeno empleando la
ecuación de Van´t Hoff.
Como era de esperar, los valores negativos obtenidos para la
entropía, la
entalpía y la
energía libre de Gibbs demostraron que el proceso de encapsulación del pterostilbeno, ese importante compuesto bioactivo presente en los arándanos,
aumentaba el orden del sistema, era
exotérmico y, como era de esperar, era un
proceso espontáneo… .
Y así, a lo tonto tonto, Sauron,
el verdadero Señor de los Anillos, desarrolló un
método rápido, sensible y preciso basado en la química verde (al sustituir los tradicionales disolventes orgánicos por otros de naturaleza acuosa), para determinar una molécula bioactiva tanto en alimentos como en fármacos…
y todo esto lo publicamos no en una revista científica, sino en dos… ¡¡qué crack!!
Lo siento querido
Gimli, tu amigo Légolas, el arquero que logró la reconciliación del pueblo elfo con sus tradicionales enemigos, los enanos, ya no va a poder acompañarte a las
Tierras Imperecederas como soñó
J.R.R. Tolkien… pero quédate tranquilo que pronto te reunirás con él en mis mazmorras porque querido pequeñín, tras
Bárbol,
Merry,
Pippin y
Légolas, tu eres el siguiente objetivo de mis terribles ejércitos encapsulantes
…¡¡tiembla enano!!
Jose
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